Lección 40. Soy bendito por ser un Hijo de Dios. REFLEXIÓN

Lección 40. Soy bendito por ser un Hijo de Dios.

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Esta lección nos invita a reconocer nuestra verdadera naturaleza divina. Es como cuando un príncipe que ha vivido como campesino descubre su verdadera identidad - todos tenemos una dignidad y valor inherente por ser hijos de Dios. La lección nos anima a recordar esta verdad frecuentemente durante el día, sin complicaciones ni rituales elaborados, simplemente reconociendo quiénes somos realmente.


Esta enseñanza nos invita a cambiar la forma en que nos vemos a nosotros mismos. En lugar de identificarnos con nuestros problemas, preocupaciones o roles sociales, podemos recordar nuestra verdadera identidad espiritual. Es como tener un tesoro en el bolsillo que olvidamos que llevamos - esta práctica nos ayuda a recordar ese tesoro interior.


PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

- ¿Qué cambiaría en mi vida si verdaderamente me reconociera como un hijo de Dios?

- ¿Qué cualidades divinas siento que ya expreso en mi vida?

- ¿Qué me impide reconocer mi naturaleza divina en el día a día?


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

"Amado Espíritu Santo, ayúdame a recordar mi verdadera identidad como hijo de Dios. Disuelve los velos que me impiden reconocer mi naturaleza divina y guíame para expresar las cualidades del amor, la paz y la serenidad que son mi herencia natural. Ayúdame a ver esta verdad en mí mismo y en todos los que me rodean. "


Esta lección nos ofrece una práctica simple pero profunda: recordar nuestra verdadera identidad como hijos de Dios. No requiere condiciones especiales ni largas horas de práctica, sino pequeños momentos de reconocimiento a lo largo del día. Esta consciencia puede transformar gradualmente nuestra experiencia de vida, permitiéndonos acceder a la paz, el amor y la serenidad que son nuestra herencia natural.