Lección 48. No hay nada que temer

 Lección 48. No hay nada que temer


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La lección plantea que el miedo es una ilusión, no un hecho, y que su presencia es simplemente un indicador de que estamos confiando en nuestra propia fortaleza limitada en lugar de la fortaleza divina. Es especialmente significativo que el texto sugiera que la ausencia de miedo no es algo que debamos crear, sino un estado natural que se revela cuando recordamos nuestra verdadera fuente de fortaleza.


Preguntas para reflexionar:

1. ¿Qué ilusiones mantienes que te hacen experimentar miedo?

2. ¿Cómo sería tu vida si realmente creyeras que no hay nada que temer?

3. ¿En qué momentos has experimentado una ausencia total de miedo y qué te reveló esa experiencia?

4. ¿Qué te impide confiar en una fortaleza más allá de ti mismo?


Oración para meditar:

"Que pueda reconocer que el miedo es una ilusión y permitir que la verdad de la seguridad divina se revele en mi mente."


La lección nos invita a una práctica simple pero transformadora: reconocer que el miedo no es un hecho sino una elección basada en en qué decidimos confiar. Nos sugiere que la paz mental está disponible en cualquier momento, simplemente recordando esta verdad fundamental.


Puntos adicionales a considerar:

- La relación directa entre el miedo y la confianza en nuestra propia fortaleza limitada

- La simplicidad de la práctica sugerida versus la resistencia que podemos encontrar

- Cómo el miedo es una señal de que hemos olvidado nuestra verdadera fuente de fortaleza

- La importancia de aplicar la idea inmediatamente cuando algo perturba nuestra paz mental

- La diferencia entre creer intelectualmente que no hay nada que temer y experimentarlo como una realidad