LECCIÓN 82
LECCIÓN 82
Reflexiones sobre la Luz del Mundo y Nuestra Función
La luz que llevamos dentro no es solo para nosotros mismos, sino un regalo que se extiende naturalmente hacia todos los seres cuando elegimos el camino del perdón, transformando cada encuentro en una oportunidad para restaurar la visión compartida de nuestra verdadera naturaleza.
Cuando perdonamos genuinamente, nos convertimos en canales perfectos a través de los cuales la luz universal puede fluir sin obstáculos, permitiendo que nuestra verdadera esencia se manifieste en el mundo y transforme silenciosamente cada situación que tocamos.
El acto de perdonar no es un sacrificio sino un despertar a la consciencia de quiénes somos realmente, pues al liberar a otros de nuestros juicios, descubrimos la luz que siempre ha estado en nuestro interior esperando ser reconocida.
La sanación nunca es un proceso individual sino una experiencia de unidad, donde al perdonar al mundo nos liberamos a nosotros mismos, reconociendo que no hay separación real entre el sanador y quien recibe la sanación, entre quien perdona y quien es perdonado.
Nuestra función espiritual trasciende los roles superficiales que adoptamos en el mundo, conectándonos con nuestro propósito más profundo de ser portadores de paz, recordándonos que olvidar esta misión es olvidarnos de quiénes somos verdaderamente.
La auténtica dicha no proviene de acumular experiencias placenteras sino de alinearnos con nuestro propósito divino, permitiendo que nuestra función de extender amor se exprese naturalmente en cada pensamiento, palabra y acción.
El ego siempre intentará distraernos de nuestra verdadera función con promesas de seguridad y control, pero nuestra misión permanece inalterada más allá de sus estrategias, esperando pacientemente a que la redescubramos en cada momento de claridad.
Cada situación que encontramos, incluso aquellas que parecen desafiantes, contiene el potencial sagrado de convertirnos en instrumentos de paz, recordándonos que no estamos aquí para juzgar el mundo sino para transformarlo a través de nuestra disposición a ver más allá de las apariencias.