LECCIÓN 87

 LECCIÓN 87

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El Poder Transformador de la Voluntad y la Luz


Cuando nos detenemos a contemplar profundamente estas lecciones, descubrimos una invitación radical a la transformación de nuestra experiencia cotidiana. "Mi voluntad es que se haga la luz" no es simplemente una frase inspiradora, sino una declaración de intención que redirige todo nuestro ser hacia una nueva forma de percibir.


En nuestro estado habitual de consciencia, navegamos por un mundo de sombras que hemos fabricado a partir de nuestros miedos, juicios y creencias limitantes. Estas sombras no son externas a nosotros; son proyecciones de nuestro pensamiento dividido. La oscuridad que tememos es simplemente la ausencia de claridad en nuestra propia mente.


Al afirmar "No andaré a tientas en la oscuridad", estamos rechazando activamente este estado de confusión y eligiendo despertar a una realidad más luminosa. Esta elección no es trivial ni pasiva; requiere el ejercicio deliberado de nuestra voluntad, esa facultad interior que dirige nuestra atención y energía.


La segunda lección profundiza este concepto al declarar que "No hay más voluntad que la de Dios". Esta afirmación desafía la creencia fundamental en la separación—la ilusión de que nuestra voluntad personal existe en oposición a una voluntad divina o universal. El texto sugiere que toda experiencia de conflicto, tanto interna como externa, surge de esta falsa percepción de voluntades opuestas.


Cuando experimentamos miedo, es porque hemos olvidado momentáneamente esta unidad esencial. El miedo siempre involucra la percepción de "otro" que puede amenazarnos o quitarnos algo valioso. Sin embargo, si solo existe una Voluntad, ¿quién podría atacar y quién sería atacado?


Las aplicaciones prácticas nos invitan a llevar estas comprensiones a situaciones concretas de nuestra vida. Cuando nos enfrentamos a un desafío y afirmamos "Esto no puede ocultar la luz que es mi voluntad ver", estamos reclamando nuestro poder para percibir más allá de las apariencias. Cuando reconocemos que cada persona está "en la luz junto conmigo", estamos trascendiendo las barreras que el ego construye entre nosotros.


Estas lecciones no son meros ejercicios intelectuales; son prácticas contemplativas diseñadas para disolver gradualmente las barreras que hemos levantado contra la verdad. A medida que persistimos en ellas, comenzamos a experimentar momentos de claridad en los que reconocemos que nuestra paz no depende de circunstancias externas, sino de nuestra elección interna por la luz.