LECCIÓN 90

 LECCIÓN 90 

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# Reflexión sobre las lecciones 79 y 80


Estas lecciones nos presentan una perspectiva revolucionaria sobre la naturaleza de los problemas y sus soluciones, invitándonos a transformar completamente nuestra comprensión de ambos.


## Lección 79: "Que reconozca el problema para que pueda ser resuelto"


Esta lección redefine lo que consideramos como "problema". Nos enseña que el verdadero problema nunca está en las circunstancias externas, sino en nuestra decisión interna de mantener alguna forma de resentimiento. Esta perspectiva cambia radicalmente nuestro enfoque, dirigiéndolo desde el exterior hacia el interior.


La solución, entonces, no es cambiar el mundo externo sino permitir que un milagro (un cambio en la percepción) reemplace nuestro resentimiento. La simplicidad de la salvación radica en esta comprensión: "sólo hay un problema y sólo una solución. El problema es un resentimiento; la solución, un milagro."


Las afirmaciones prácticas nos invitan a reconocer que detrás de cada aparente problema hay un resentimiento que hemos elegido mantener, y que la solución ya está presente en forma de milagro cuando estamos dispuestos a liberar ese resentimiento.


## Lección 80: "Que reconozca que mis problemas se han resuelto"


Esta lección profundiza aún más, abordando nuestra relación con el tiempo en el contexto de los problemas y soluciones. Nos muestra que nuestra percepción habitual de que los problemas preceden a las soluciones es una ilusión creada por nuestro uso inadecuado del tiempo.


La idea revolucionaria aquí es que "Dios ubicó la solución junto al problema", haciendo que el tiempo no pueda separarlos. Esto sugiere que cada problema ya contiene su solución, y nuestra tarea no es tanto "resolver" problemas sino reconocer que ya han sido resueltos.


Este cambio de perspectiva nos libera de la ansiedad por el futuro y de la sensación de estar atrapados en problemas insolubles. Las afirmaciones prácticas refuerzan la idea de que no necesitamos esperar soluciones, sino simplemente estar dispuestos a aceptarlas ahora.


## La simultaneidad de problemas y soluciones


Un concepto clave en estas lecciones es la simultaneidad del problema y la solución. Nuestra experiencia común sugiere una secuencia: primero surge un problema, luego trabajamos para resolverlo, y finalmente (con suerte) encontramos una solución. Sin embargo, estas lecciones presentan una visión radicalmente diferente: problema y solución coexisten en el mismo instante.


Esta perspectiva nos invita a abandonar la ilusión de la linealidad temporal en favor de la realidad de la simultaneidad. Cuando realmente comprendemos esto, nuestra experiencia de los "problemas" se transforma fundamentalmente, y comenzamos a ver cada desafío como una invitación a reconocer la solución que ya está presente.

# Profundizando en las lecciones 79 y 80


## La redefinición del concepto de "problema"


Estas lecciones nos invitan a una completa reconceptualización de lo que consideramos un "problema". En nuestra experiencia habitual, un problema es una circunstancia externa adversa, un obstáculo a superar, una situación que nos causa malestar. Pero aquí se nos presenta una definición radicalmente diferente: "el problema es siempre alguna forma de resentimiento que quiero abrigar."


Esta definición traslada el problema desde el mundo externo a nuestra decisión interna. Sugiere que no son las circunstancias en sí mismas las que constituyen el problema, sino nuestra respuesta a ellas, específicamente nuestra elección de mantener un resentimiento. El uso de la palabra "quiero" es significativo, pues indica que el resentimiento no es algo que nos sucede, sino algo que elegimos activamente mantener.


## El papel de la percepción en la creación de problemas


Implícito en estas lecciones está el reconocimiento del poder de nuestra percepción para crear nuestra experiencia. Cuando percibimos a través del lente del resentimiento, creamos la experiencia de un problema. Cuando permitimos que un milagro (un cambio en la percepción) tome el lugar del resentimiento, el problema se disuelve.


Esto nos recuerda que nuestra experiencia del mundo no es un reflejo directo de la realidad externa, sino una proyección de nuestro estado interno. Como dice otra parte del curso: "Proyección hace percepción".


## La distorsión temporal y sus efectos


La lección 80 aborda específicamente cómo nuestra relación con el tiempo contribuye a la experiencia de los problemas. Señala que "La única razón de que parezca tener problemas es que estoy usando el tiempo indebidamente."


Este uso inadecuado del tiempo implica ver los problemas y las soluciones como eventos separados temporalmente, cuando en realidad son simultáneos. Esta distorsión temporal es una función del pensamiento lineal del ego, que fragmenta la realidad en segmentos de pasado, presente y futuro.


## La naturaleza de la verdadera solución


Si el problema real es nuestro resentimiento, entonces la solución no puede ser un cambio en las circunstancias externas, sino un cambio interno. La solución es el "milagro" que reemplaza al resentimiento.


Este milagro no es algo que tengamos que crear o conseguir; ya está presente. Nuestra única tarea es permitir que ocupe el lugar del resentimiento. Como dice la lección: "E invito a la solución cuando perdono la causa del resentimiento y le doy la bienvenida al milagro que entonces ocupa su lugar."


## La intervención del Espíritu Santo


La lección 80 introduce el papel del Espíritu Santo como guía en este proceso de reconocimiento: "El Espíritu Santo me enseñará esto si se lo permito." Este punto es crucial porque sugiere que no estamos solos en este trabajo de transformación perceptual.


El Espíritu Santo representa esa parte de nuestra mente que permanece conectada con la verdad, incluso cuando nuestra conciencia consciente está identificada con el ego. Al invocar la guía del Espíritu Santo, estamos esencialmente accediendo a un nivel más profundo de sabiduría dentro de nosotros mismos.


## La resistencia a reconocer la simultaneidad


¿Por qué nos resulta tan difícil aceptar que nuestros problemas ya están resueltos? La lección sugiere que hay una resistencia activa a esta idea: "Ya se me ha dado la solución a este problema, si estoy dispuesto a aceptarla."


Esta resistencia proviene del ego, que tiene un interés invertido en mantener la ilusión de problemas sin resolver. El ego se fortalece con la experiencia de la lucha, y se desvanece en presencia de la paz. Por lo tanto, tiene mucho que perder si reconocemos que nuestros problemas ya están resueltos.


## La aplicación práctica: el perdón como herramienta


El método práctico para aplicar estas enseñanzas es el perdón, entendido no como una concesión magnánima desde una posición de superioridad, sino como un reconocimiento de que no hay nada real que perdonar. El perdón, en este contexto, es simplemente el abandono del resentimiento, lo que permite que el milagro (la percepción verdadera) ocupe su lugar.


Al practicar las afirmaciones sugeridas, estamos entrenando nuestra mente para reconocer la simultaneidad del problema y la solución, y para elegir conscientemente la solución en lugar del problema.