Lección 98. Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.
Lección 98. Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.
# Reflexión sobre la Lección 98: Aceptar nuestro papel en el plan divino
Esta lección representa un momento de consagración especial dentro del viaje espiritual que propone Un Curso de Milagros. En esencia, nos invita a tomar una decisión consciente y firme: abandonar las ilusiones del ego para alinearnos completamente con nuestro propósito espiritual.
## La certeza como regalo
La lección enfatiza la dicha que surge de la certeza. En un mundo donde frecuentemente nos debatimos entre dudas y temores, encontrar un propósito claro es verdaderamente liberador. Esta certeza no proviene de nuestro intelecto o razonamiento, sino de una entrega consciente a algo mayor que nosotros mismos.
Cuando aceptamos nuestro papel en el plan divino, recibimos una profunda convicción que trasciende nuestra limitada perspectiva. Ya no necesitamos "ingeniar escapatorias" o buscar "soluciones mágicas" a problemas que, en última instancia, son ilusorios. En cambio, descansamos en la serena confianza de que todo lo necesario para cumplir nuestra función ya nos ha sido dado.
## Una decisión colectiva
Un aspecto profundo de esta lección es que nuestra decisión individual tiene repercusiones más allá de nosotros mismos. Cuando elegimos aceptar nuestro papel, nos unimos a todos aquellos que ya han tomado esta decisión, reforzando un campo colectivo de certeza y propósito compartido.
La lección sugiere una hermosa interconexión: nuestro compromiso no solo nos beneficia personalmente, sino que fortalece a quienes ya están en este camino y sirve como invitación para quienes aún dudan. Incluso aquellos que "aún no han nacido" escucharán esta llamada. Así, cada decisión individual contribuye a una transformación más amplia de la conciencia.
## El intercambio más valioso
La práctica propuesta—cinco minutos cada hora—puede parecer exigente en un mundo donde el tiempo se considera un recurso escaso. Sin embargo, la lección nos invita a reconsiderar qué valoramos realmente. Comparado con "mil tratos en los que saliste perdiendo", este intercambio ofrece algo inconmensurable: paz interior, propósito claro y la promesa de trascendencia.
Es significativo que se describe este intercambio como recibir "todo a cambio de nada". Desde la perspectiva de la eternidad, el tiempo no tiene significado real. Lo que parece un sacrificio temporal se revela como una puerta hacia lo atemporal.
## La colaboración divina
Quizás el aspecto más conmovedor de esta lección es la colaboración íntima que se establece entre nosotros y lo divino. No se nos pide que emprendamos este camino solos. Cada vez que practicamos, nuestras palabras se unen con las de una presencia mayor que "impartirá luz a todas las palabras que pronuncies".
Esta colaboración transforma nuestra práctica en algo más profundo que un simple ejercicio mental. Se convierte en un encuentro genuino donde lo que ofrecemos—tiempo, atención, disposición—es recibido y transformado por una presencia que conoce nuestro verdadero propósito, tanto "en la tierra como en el Cielo".
## Conclusión: Un camino de entrega y recepción
En última instancia, esta lección nos invita a un camino de entrega y recepción simultáneas. Entregamos nuestras dudas, nuestras percerciones limitadas y nuestra resistencia al flujo natural de la vida. A cambio, recibimos certeza, propósito y una paz que trasciende el entendimiento ordinario.
El mensaje central es profundamente esperanzador: nuestro papel ya ha sido establecido, solo necesitamos aceptarlo. Y en esa aceptación, encontramos no limitación sino liberación, no imposición sino realización de nuestro potencial más profundo.
# La transformación interior a través de la práctica
La Lección 98 no solo ofrece una comprensión teórica, sino que propone una práctica concreta para materializar esta transformación. Los cinco minutos cada hora representan puntos de anclaje que nos permiten reconectar con nuestra verdadera identidad más allá de las distracciones cotidianas.
## El poder de la intención consciente
Al declarar "Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación", establecemos una intención que actúa como contrapunto a las numerosas decisiones inconscientes que tomamos desde el ego. Esta afirmación representa un momento de claridad en medio de la confusión habitual de la mente.
La lección sugiere que la repetición consciente de esta idea actúa como una invitación a una presencia superior para que se manifieste en nuestra experiencia. No es solo una técnica de autosugestión, sino un verdadero diálogo entre nuestra conciencia limitada y una sabiduría más amplia que ya conoce nuestro propósito esencial.
## La liberación del miedo
"Los que están libres de culpa no tienen miedo" - esta frase revela una profunda conexión psicológica y espiritual. Gran parte de nuestro sufrimiento proviene de un sentido subyacente de culpabilidad que proyectamos al mundo, esperando castigo. Al aceptar nuestro papel en el plan divino, comenzamos a deshacer este patrón fundamental.
La culpa es sustituida por inocencia, el miedo por confianza, y la fragmentación por integridad. Ya no necesitamos defendernos contra amenazas imaginarias porque reconocemos nuestra seguridad fundamental en un orden más amplio.
## La temporalidad frente a lo eterno
Un tema fascinante que subyace en esta lección es la relación entre el tiempo y lo atemporal. Cuando dedicamos tiempo a la práctica espiritual, paradójicamente, estamos utilizando lo temporal para acceder a lo eterno. Como dice la lección, intercambiamos "cada instante de tiempo que le ofrezcas por intemporalidad y paz".
Esta perspectiva nos invita a reconsiderar nuestra relación con el tiempo. En lugar de verlo como un recurso escaso que debemos acumular o del que debemos aprovecharnos, podemos verlo como un vehículo para trascenderse a sí mismo.
## La alegría como indicador del camino
La lección enfatiza repetidamente la alegría y felicidad que acompaña a esta práctica. "Prepara tu mente para el feliz momento que se acerca", "pasa un feliz rato en Su compañía". Esto sugiere que la alegría genuina es un marcador del camino espiritual auténtico.
A diferencia de la concepción del deber espiritual como algo sombrío o pesado, Un Curso de Milagros propone que nuestra verdadera función está alineada con nuestra felicidad más profunda. Cuando experimentamos alegría en nuestra práctica espiritual, es señal de que estamos alineados con nuestro propósito real.
## El aspecto sanador de la decisión
Al declarar firmemente nuestra intención de aceptar nuestro papel en el plan divino, estamos tomando una decisión que sana nuestra mente dividida. La división entre lo que creemos ser y lo que realmente somos es la fuente fundamental del sufrimiento según Un Curso de Milagros.
Esta decisión, cuando se toma con sinceridad, comienza a integrar los aspectos fragmentados de nuestra conciencia. No es una imposición externa, sino un reconocimiento de nuestra verdadera voluntad, que siempre ha estado alineada con lo divino aunque lo hayamos olvidado.
## Conclusión: Un camino de retorno
En última instancia, la Lección 98 nos invita a un camino de retorno a nuestra naturaleza original. No estamos adquiriendo algo nuevo, sino recordando lo que siempre hemos sido. La función que se nos asigna no es una obligación impuesta desde fuera, sino un descubrimiento de nuestro propósito más auténtico.
En cada momento de práctica, nos damos la oportunidad de experimentar la realidad más allá de las ilusiones del ego. Y con cada repetición consciente, fortalecemos nuestra capacidad de vivir desde la certeza y la paz que reflejan nuestra verdadera naturaleza.